Sushi (not)

El sábado pasado, con mi pololo, teníamos todas las ganas de hacer sushi, y es que somos devotos de esta comida japonesa, es la felicidad misma en mi paladar y cada vez que me como un California roll me siento como Scooby doo cuando le dan su scooby galleta, como una pluma en el aire.

Nos juntamos en el supermercado y fuimos a comprar lo que faltaba. Como cocineros primerizos de sushi no sabíamos bien qué ingredientes comprar, pero partimos por lo básico: queso crema y palta, luego me llamó mi hermana quien ya tiene carrera en esto del sushi casero, así que me recomendó que comprara unas finas láminas de salmón ahumado y tate! las encontramos en los congelados sin percatarnos antes de ellas cuando estábamos viendo los trozos de salmón normales, y bueno escarbando en los fríos productos vimos también el infaltable kanikama.

Salimos con las compras hacia la casa de mi pololo, felices de la vida pensando en lo que podría resultar de nuestra preparación. El primer tirón de orejas va porque empezamos a cocinar muy tarde, tipo 23 horas. De ahí mi pololo partió lavando el arroz, aunque nos habían advertido que era un proceso largo y tedioso, pero bueh! había que hacerlo, estuvo más de una hora esperando a que el agua del arroz no saliera blanquecina y yo ya sentía que esto tenía para rato. En fin, cuento corto, el arroz quedó como una pasta ya que se recoció y no supimos bien cómo hacerlo. Ahí quedamos mirándonos y yo muerta de hambre, pero ya eran cerca de las 1 de la mañana y me daba frío y flojera ir a comprar una promo en el local de los completos.

Se guardaron los ingredientes, nos tragamos las ganas de sushi y con datos seguros de cómo preparar el arroz volveremos a la pelea.

He dicho.